En el fin de semana pasado he tenido que coger algún virus
gripal porque ayer tenía acentuado los síntomas. La doctora no hizo sino
consolidar mis temores, así que me tiré el resto de la tarde intentando reposar
mientras Antonio me explicaba, a través de Skipe, las bonanzas del código QR. Me ha recordado la década de los noventa del siglo pasado, cuando era director de auditoría interna de Euromarket (ver post "Ni seguratas ni chivatos ni detectives"[1]). Allí conocí el código EAN y los lectores ópticos, lencos o "paletas", como familiarmente eran conocidos por los usuarios. Era una gozada realizar los inventarios mediante la lectura de los códigos de los artículos.
Probablemente ya estés al tanto y lo hayas usado o tratado.
Yo lo conocía desde hace un tiempo, pero no había profundizado lo suficiente.
Tutorizado por Antonio (Gracias), llegué a la página oficial de Denso Ware[2], donde define al código
QR (quick response code, «código de respuesta rápida») como un módulo gráfico para
almacenar información en una matriz de puntos o un código de barras
bidimensional. Parece que fue creado por la compañía japonesa Denso Wave, subsidiaria
de Toyota, en 1994, caracterizándose por tres cuadrados que se encuentran en
las esquinas y que permiten detectar la posición del código al lector. Son muy
comunes en Japón y de hecho son el código bidimensional más popular en ese
país.
La inclusión de software que lee códigos QR en teléfonos
móviles, ha permitido nuevos usos orientados al consumidor, que se manifiestan
en comodidades como la introducción automática de datos en los teléfonos
móviles, tabletas, escáneres e, incluso, cámaras de fotos, ya que las direcciones
de correos electrónicos y las URLs se están volviendo cada vez más cotidianas,
con las tarjetas virtuales de presentación como estrellas ascendentes. Si quieres más información, sugiero dediques unos minutos a
las fuentes de conocimiento sobre el tema que pululan en Internet, y si tienes
un cicerone como Antonio, pues mejor. Por mi parte, me tiré hasta las tantas,
generando códigos, insertándolos en las bitácoras, páginas webs que tengo acceso y, por supuesto, leyéndolos desde el móvil como un niño con zapatos nuevos.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Ni seguratas ni chivatos ni detectives. 2006. Sitio visitado el 06/03/2013.
[2] Página oficial de Denso Ware. 2013. Sitio visitado el 06/03/2013.