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Esos dañinos planteamientos, junto con otros similares, es lo que nos atenaza e inmoviliza en la mierda en la que estamos metidos, aceptando el manejo de nuestro presente y la hipoteca del futuro de nuestros hijos por parte de unos cuantos miserables. Le comentaba a Fede que hoy más que nunca hay que escuchar a nuestro corazón profesional, por mucho que tu amigo, familiar, jefe, colaborador, cliente o proveedor (las entidades financieras ni te las nombro), te envíe mensajes negativos del tipo: “no puedes hacer lo que quieres, sino lo que debes”.
Pero: ¿Lo que debes hacer no debe ir en línea con lo que quieres hacer? Tienes que seguir a tu núcleo emocional como si de lo último que vas a hacer en esta vida se tratara, oyéndote de verdad. Te sorprenderás de lo que puede hacer esa fuerza interior, moviendo montañas si es necesario (Fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: elaboración propia.