Fuente de la imagen: geralt en pixabay |
Pero un exceso de confianza, de esperanza, de tranquilidad,
en momentos sensibles, fue lo que, en parte, arrastró a los inversores hacía
donde estamos hoy, por lo que me vas a permitir, Anton, que exprese que el
pesimismo realista es bueno y necesario ahora, si bien antes todavía era más
importante. Por tanto, necesarias dosis de desesperanza, desilusión y consternación,
posibilitan seguir desenmascarando a los advenedizos, oportunistas,
especuladores… al tiempo que la regeneración se asienta sobre pilares
reales, robustos. Como dice otro
contacto: pesimismo realista u optimismo prudente. En resumen: ni la botella medio llena ni medio vacía (fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: geralt en pixabay.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Caídas libres. 2012. Sitio visitado el 16/10/2012.