martes, 1 de marzo de 2011

¿Más de lo mismo?

Fuente de la imagen: archivo propio
Ayer estuve viendo la película “La red social”, basada en el libro “Multimillonarios por accidente”, de Ben Mezrich, que trata los orígenes de Facebook y las miserias de la especie humana. Dejando a un lado la trama, cierto que las redes sociales virtuales tienen una influencia importante en este cambio de época que estamos registrando. Mientras pasaban las imágenes, caí en la cuenta que desde principios de año me han invitado a participar en varios proyectos asociativos relacionados con redes de consultores autónomos. Por el postNueva etapa[1], conoces mi actividad, desde 1998, en esto de las redes de profesionales, por lo que alguna experiencia se me presupone, al menos mi mente atesora el aprendizaje generado por las meteduras de patas en los casi catorce años de camino.

En este mundo económico y social que nos toca vivir, no estoy en contra de este tipo de relaciones, todo lo contrario. A favor. Las sinergias que se consiguen, posibilitan el crecimiento profesional de los miembros adheridos. Ahora bien, si monto una asociación para beneficio económico exclusivo de los promotores, conseguir relativa notoriedad, subvenciones y gordas licitaciones y otros negocios, cierto que con el apoyo de organizaciones regionales y provinciales, conseguiré un puñado de socios, pero institucionalmente voy cuesta abajo y sin frenos. “Más de lo mismo”, dirán el resto de los potenciales miembros.

No es la primera vez que sucede, ni será la última. Bajo el paraguas "sin ánimo de lucro", los promotores intentarán aprovechar esa red para sus intereses personales, políticos, comerciales, por no hablar de fraudulentas estructuras piramidales, además de nutrirse de ideas y mano de obra autónoma a valor tercermundista, con irrisorios precios de los servicios profesionales, sobredimensionados costes de estructuras que el miembro tiene que asumir caso que se le asigne un proyecto, retribuciones variables muy complicadas e imposibles de conseguir y censurables formas de pago. De las “sinergias”, olvídate. 

Pero no todo es mezquindad y cara dura. Hay proyectos asociativos que parten de la premisa fundamental “tú ganas, nosotros ganamos”, no de boquilla, cediendo una parte importante del margen bruto de cada negocio a quienes verdaderamente lo catalizan y producen, en su ámbito territorial de actuación, ofreciendo una red de personas cualificadas, interconectadas a través de plataformas virtuales de excelentes profesionales que, a precios realmente competitivos, asesoran técnicamente al miembro que lo necesite en un sincero ambiente proactivo.

Por tanto, si te ofrecen participar en un proyecto asociativo profesional, no le des excesivo valor a que otras organizaciones empresariales los apoyan (ya sabes como va esto de la política), ni a una orquestada presentación donde se difunda “Qué guapo somos y qué tipo tenemos”. Por el contrario, estudia detenidamente el perfil, trayectoria o currículo de quienes promueven la idea, el argumentario, la tecnología, las sólidas expectativas, escrutando las agendas ocultas, los contactos de los contactos, la distribución de los márgenes brutos, la significación de cada coste, sea directo, indirecto o los temibles “de estructura” que los de la cúpula argumentarán.

Una vez realizado ese estudio, dilucidarás si la asociación es proactiva o diseñada para uso y beneficio de sus fundadores, juntas directivas y allegados. Que la suerte te acompañe y que el mes que hoy comienza te sea beneficioso en lo profesional y lo personal. Te dejo el tráiler de la película, subido a Youtube por sergi1771. (Imagen incorporada posteriormente; fuente: archivo propio).
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[1] Velasco carretero, Manuel.  Nueva etapa. 2010. Sitio visitado el 01/03/2011.