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Opto por la sinceridad y el asesoramiento o ayuda en la decisión. Manteniendo mi costumbre de transparencia en costes y márgenes de proyectos anteriores, les expreso que ya nos conocen y que visionen si se ven en la ejecución del futuro proyecto a contratar con nosotros o con otra entidad de la competencia. Como dijo Demming, las cosas no son caras o baratas por sí mismas, sino en relación a otras. Si encuentran lo mismo o mejor a un precio más competitivo, sugiero que lo contraten. Pero un 1% de coste de servicio de diferencia entre una opción u otra puede ser importante o no. Me decía uno de mis interlocutores, proveniente de una zona de Andalucía (España), tradicionalmente rácana, pesetera o agarrada a la hora de llegar a acuerdos, que pagaba ese porcentaje de diferencia, porque quería comprar la confianza que le dábamos y la seguridad en llegar a buen fin. Música celestial para mis oídos, lo reconozco.
¿Cómo intento consolidar de manera perenne la fidelidad de los clientes antiguos? Te diré lo que no hago y permíteme que esta mañana sea discreto con lo que hago. En primer lugar, no entrando en una guerra de precios, salvo que mi precio sea irreal, desfasado o esté equivocado, en cuyo caso debo ajustarlo a la realidad actual. Tampoco me gusta establecer descuentos por volumen de facturación, ya que no estamos vendiendo tomates o televisores, sino servicios, con un importante grado de intangibilidad y donde no se debe sacrificar la calidad del trabajo. Finalmente, no voy a vender aquello que no estoy en disposición de ofrecer ni establecer precios distintos a clientes infieles o siempre disconformes con los costes aplicados (apretón de manos de imagenes-gratis.net). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: rvs 2020.