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Según el Real Decreto 171/2007,[5] "la cultura del protocolo familiar, shareholders agreement, se encuentra ratificada en las prácticas económicas y de buen gobierno de las sociedades familiares de los países de nuestro entorno, en cuanto es considerada una garantía adicional para terceros, inversores y acreedores, además de para los propios socios, al dotar de previsibilidad el relevo generacional en la sociedad. En países de cultura anglosajona, existen acuerdos obtenidos, tras el análisis psicológico y emocional, que no se escriben en ningún documento, sin que se asumen y se transmiten de generación en generación, desde una óptica tradicional" El PPF es un programa de trabajo con hitos económicos, financieros, fiscales, mercantiles, jurídicos, organizativos, sociales, laborales, formativos, psicológicos y emocionales (toma nota), encaminado a armonizar las relaciones profesionales y empresariales de la familia propietaria de la empresa con la entidad en sí, como garantía de pervivencia y éxito a lo largo del tiempo de la actividad empresarial y propiciar la cohesión y los lazos afectivos entre los componentes de la familia. No habrá dos protocolos iguales ni similares, porque no existe una empresa igual ni una familia igual[6].
Acordadas las pautas de actuación en relación a los papeles de los miembros en la empresa, así como los perfiles de los directivos, los derechos patrimoniales, el liderazgo, etc., se establecen las bases de comportamiento, relaciones y todo lo que se estime necesario para afianzar la continuidad del negocio, documento que se redacta y que se aconseja se haga público, no sólo en la página web, sino en registros públicos, como el Mercantil. Finalmente, dos puntualizaciones. La primera, reiterar que un PPF no es una actividad formativa que se resuelve con un máster, curso, seminario o jornada. Es mucho más que formación y se necesita una “consultoría singular”, altamente comprometida. La segunda, el trabajo no debe terminar con la elaboración, aprobación y publicación del acuerdo. Es sumamente importante la puesta en marcha y la tutoría del mismo por parte de un staff independiente, a modo de división "empresa familiar" (family business), sobre todo en las primeras fases de implantación, hasta que la cultura del protocolo arraigue firmemente en la estructura empresarial familiar. Que tengas de un reparador fin de semana (imágenes de gifsanimados.com). Imagen incorporada posteriormente, fuente: mvc archivo propio.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2006). Hijos de papá. Sitio visitado el 19/02/2010.
[2] Si quieres otras notas sobre la cuestión, pincha AQUÍ. Sitio visitado el 19/02/2010.
[3] En el año 1993, en mi etapa de director de auditoría interna en el grupo empresarial Euromarket (ver post "Ni seguratas ni chivatos ni detectives", "¿A cómo tienes hoy el kilo de blog?", o el más reciente "Atención al cliente"). Sitios visitados el 19/02/2010.
[4] Puede que mi contacto Pepa, adjunta al departamento en esos tiempos, o el contacto Alejandro, director de Gestión de Activos de la agrupación, todavía se acuerden de aquellos informes.
[5] Real Decreto 171/2007, de 9 de febrero, por el que se regula la publicidad de los protocolos familiares.
[6] Por lo que olvídate del corta y pega o aplicar los casos estudiados en el máster del instituto de turno, tienes que arremangarte y con una brutal empatía, analizar a esa "familia" y a esa "empresa", escuchando los corazones de ambas figuras, diseñar un protocolo y someterlo a su aprobación, argumentando, incluso, cada palabra o signo de puntuación.