Fuente de la imagen: rvs |
El caso es que ya no soy el palabrero de hace una década (por ejemplo, ver post La genialidad y la chorrada[1]), cuando derramaba a diestro y siniestro el poco conocimiento que disponía y el torrente de pasión que brotaba en mi interior.
Pero necesito instruirme en el arte de la escucha y, también, en el de la observación del cúmulo de señales verbales del interlocutor, que muchas veces te dicen más que las frases que estás escuchando (imagen elaboración propia rvs).
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[1] Velasco Carretero, Manuel. La genialidad y la chorrada. 2007. Sitio visitado el 10/01/2010.