Fuente de la imagen: Vacho en pixabay |
Escucho en los medios de comunicación anuncios de medicamentos para mejorar la memoria, ya sea para jóvenes con exámenes o adultos con presuntos problemas de olvidos. Recuerdo que en la época de la universidad, allá por la década de los ochenta del siglo pasado, circulaban unas pastillas que, presuntamente, te hacían mejorar el rendimiento en los estudios. Creo que no llegué a tomarlas, aunque una noche, Juan Antonio me convenció y me tragué una pastilla verde. Al momento la devolví en el cuarto de baño, soportando la furia de Juan: ¡Qué son vitaminas!
Escribe Ellen Gibson en Business Week, A Boom in Memory-Enhancing Drugs?[1] que se está atenuando el rechazo al uso indiscriminado de drogas llamadas cognoscitivas. Adolescentes y profesionales las usan para ayudarse, ya sea en los estudios o en el trabajo. Es más, algunos neurocientíficos piensan que los adultos mentalmente competentes deben mejorar su poder cognitivo con esas drogas. Bienvenidos al nuevo mundo de las drogas de la cognición (imagen de la Wikimedia Commons). Imagen incorporada posteriormente; fuente: Vacho en pixabay.
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[1] Ellen Gibson. A Boom in Memory-Enhancing Drugs? Business Week. 2008. Sitio visitado el 28/08/2009. Link refrescado con posteioridad.