domingo, 21 de junio de 2009

Mired punto com[1]

Fuente de la imagen: geralt en pixabay
Hace unos días, le trasladé a dos colaboradores la necesidad de que empezaran a cultivarse profesionalmente en algunas redes sociales, practicando networking. Ayer, le comenté esta idea a un amigo, empresario pyme, con una media de cincuenta colaboradores en plantilla y una cifra de negocio que ronda los seis millones de euros anuales. Me dijo que tenía miedo a ese mundo, por lo oscuro y el riesgo a que se escape información de su empresa que pueda considerarse sensible si cae en manos de la competencia. 

En su negocio estaba bloqueado el acceso a Internet y el email sólo lo disfrutaban unas cuantas personas. Le argumenté que entendía ese recelo, pero que por muy efectiva que fuera su política de seguridad, el riesgo de salidas fraudulentas de información siempre lo tendría. Debería estudiar la parte positiva, que existe y es muy importante, tanto desde un punto de vista comercial como en los aspectos técnicos y operativos. 

Al final, se puso como una moto y se fue pensando en montar una red virtual donde tuvieran cabida no sólo sus colaboradores internos y externos, sino, también, sus clientes, proveedores y resto de terceros. Hasta la Hacienda Pública pensaba invitar. ¡No te pases! Le voceé (ejemplo de diagrama de red social; fuente: Wikimedia Commons). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: geralt en pixabay.
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[1] Este título no hace referencia a ninguna página web o sitio en Internet en específico, es el nombre que se le dio a esta publicación en su momento.  Nota incorporada con posterioridad.