Hace unas semanas, vía email, me llegó información acerca del Tercer Congreso Argentino de Coaching. Ayer, el mismo contacto de networking me remitió direcciones con vídeos del motivo. Volví a repasar la información y me fijé en el slogan del evento: Coaching sin fronteras. Los norteamericanos y los europeos, con los ibéricos a la cabeza, nos creemos los depositarios de las técnicas sobre coaching y, presuntamente, menospreciamos las fuentes, retroalimentación y autonomía evolutiva, regenerativa y creativa del concepto en otros lugares de la Tierra. Despreciamos cualquier título o certificado que no provenga de EEUU o Europa. Da igual que sea oriundo, franquiciado o virtual, no nos paramos a analizar el pedigrí, currículo o referencias, a la hora de realizar el curso, asociarnos, integrarnos en determinada organización o pagar suntuosos emolumentos por la ¿acreditación? para ejercer la actividad.
Craso error. De la documentación escrita y visual que muy amablemente Perk me ha facilitado (Gracias), percibo que no somos el ombligo del coaching; que, por suerte para el concepto y la actividad entrenadora, en verdad no existen los límites, barreras o murallas impuestas subliminalmente por determinados grupos de ¿profesionales? que se creen exclusivos depositarios del “saber” y, por derivación, de la aplicación de sus técnicas, muchas de ellas, presuntamente desfasadas para determinados proyectos. Quien acredita al verdadero profesional del coaching es el “cliente”; a través de su satisfacción por el trabajo realizado o cabreado, defraudado, por la chapuza. Ciertamente, como dice Perk, algunos viven de la inercia de sus precursores y mientras el cliente se da cuenta del fraude, han caído muchos en el frente. Te dejo una lista de reproducción con vídeos del momento, colgados en Youtube por decoaching (imagen logo del congreso).