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Fuente de la imagen: archivo propio
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Ya hemos vuelto de Ronda, (Málaga, España). En el día de Santos, he saludado los nichos de mis extintos parientes, visita que realizo en estas fechas, por costumbre de la familia, cultivar lo positivo de la tradición y contemplar el trabajo de ornamentación que los vivos realizan en el camposanto o necrópolis (como prefieras), para recordar a sus muertos.
Sin embargo, en mi caso, a los seres queridos que dejaron este mundo, prefiero asistirlos y recogerme con ellos, de vez en cuando, en un rincón de mi corazón. Voy a pensar si propongo la incineración o cremación de mis futuros inútiles restos mortales y que mis cenizas, si es posible, sirvan para algo más productivo[1]. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Bueno, ya ves, estoy un poco melancólico o doliente. A mitad del camino de regreso al hogar, antes de llegar a Ardales, me he detenido a contemplar el paisaje y te he revelado una instantánea de una relajante angostura de carretera, arropada por olivos y almendros, bajo el Sol de la tarde, mientras el sendero se adentraba virtualmente en el horizonte serrano.