viernes, 12 de octubre de 2007

¿Paz hipócrita?

Fuente de la imagen: rvs
Hace un año aproximadamente, escribía en este mismo foro acerca de mi mamá (M. Velasco, 2006)[1]. Hoy, vuelvo a recordarla. Sin embargo, este sentimiento se hace sitio, a duras penas, en mi corazón, entre codazos con imágenes de banderas, declaraciones seudo institucionales, memoria histórica, pobreza y miseria, injusticias de todo tipo, educación para la ciudadanía y desconsuelo o acongojo extremista, de cualquier fanático signo político u orientación religiosa. Salvo los movimientos desestabilizadores de los antipatriotas de la Vida, el populoso resto de personas tienen sus legítimos derechos a enterrar a sus muertos, amar sus banderas o soñar y laborar en pro de un mundo político, social y natural mejor.

Dice un amigo que, incluso, también tienen sus derechos aquellas personas que quieren vivir “en paz”, de espalda a las realidades económicas y sociales del mundo. Sí, supongo que sí. Mientras no hagan daño a los demás, claro que sí, es su derecho ¿No? Paz artificial o hipócrita para otros, en todo caso, pero “su paz” al fin y al cabo. ¿Por qué no hacemos de una vez realidad eso de “mundo civilizado”? Quizás, lo de civilizado es ese cúmulo de contradicciones. Madre, hoy tiendo a pensar que, globalmente considerado, el mundo que te tocó vivir no es ni peor ni mejor que el mío, tan solo distinto. Te quiero, mamá (Ilustraciones de la Wikimedia Commons). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: rvs.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2006). El cumpleaños de mi madre. Sitio visitado el 12/10/2007.