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| Fuente de la imagen: ulleo en pixabay |
Me envió el REAF[1] un tratado de 686 páginas sobre la responsabilidad penal, civil y administrativa del asesor fiscal, que nada más ver el libro me entran ganas de quitar de mi currículo esta especialidad. El caso es que no está mal que se adoctrine sobre estos temas, más aún cuando no existe en España una regulación de la asesoría fiscal, por lo que es imposible que concurra el delito de intrusismo profesional.
Respeto mucho esa especialización y, sobre todo, a los buenos asesores fiscales, pero, desgraciadamente, "de todo hay en la viña del señor". Dice un amigo, excelente consultor fiscal en determinados ámbitos sectoriales, que le interesa que hayan existan chapuceros que generen desastres a sus clientes, ya que le beneficia ese “intrusismo”, en el sentido que esas meteduras de pata ajenas elevan el caché de los que hacen las cosas bien.
No sé que pensar, porque ese cliente, persona física o jurídica, ha sufrido en sus carnes la ineptitud del inexperto. Por eso veo bien que, ante la inexistencia de una regulación del sector, se le pueda exigir al profesional responsabilidad por sus actos. Otra cuestión será la articulación y acotación de esos compromisos y solidaridades tributarias (Fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: ulleo en pixabay.
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[1] Registro de Economistas Asesores Fiscales. http://www.reaf.es/ Página web visitada el 14/07/2007.