lunes, 13 de julio de 2009

Caritas in veritate

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Interrogarás ¿Qué hace este insignificante energúmeno opinando sobre la tercera encíclica de Benedicto XVI? Valoro tu opinión y probablemente te acompañará razón, pero como el perfil del blog es el que es, que no lo sabe ni su autor, me permitiré la licencia. Para ello, este fin de semana me he informado y documentado. Sorprende gratamente el contenido del sermón que Benedicto XVI utiliza para aludir a las dificultades económicas y a sus potenciales antídotos. Resalto la presunta luminosidad y certeza, a la que no me tiene acostumbrado esta Iglesia. Habla, incluso, del papel del Estado en la solución de los problemas, aunque no señala claramente ni excomulga a quiénes han generado esta crisis financiera, económica y social. Arremete contra la falta de sensibilidad de los sindicatos para con el Tercer Mundo, pero no mete en el mismo saco a otras organizaciones, como las empresariales o las religiosas. 

Desmarcado me quedo cuando opina que los pobres sirven para amparar y mantener el dispendioso tren de los aparatos burocráticos, si bien, sustituiría lo de "aparatos burocráticos" por el "Poder". Me preocupa la creencia del Papa en que sólo un personaje mundial podría resolver los problemas actuales. Con todos los respetos, Padre, esto no se resuelve con un líder, sino con un sano, sincero y profundo pensamiento conjunto. Quizás, una vez mas, se echa en falta autocrítica y capacidad de liderar el brutal cambio de valores, de cultura, de sentimientos, que necesitamos. Sigo preguntándome qué diría Jesús si levantara la cabeza y percibiera tanta hipocresía y vanidad, por enumerar algunos de los muchos pecados, en los descendientes de sus seguidores ¿Es éste el mundo por el que murió?[1] Que tengas una proactiva semana (escudo papal de Benedicto XVI; fuente: Wikimedia Commons).
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[1] Si quieres acceder al contenido de la encíclica, pincha AQUÍ. Sitio visitado el 13/07/2009.