jueves, 18 de enero de 2007

¡Vamos! ¡A limitar responsabilidades!

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Resulta que, pese a los procedimientos de auditoría que existen, se dan continuos casos de fraude y de gestión negligente en empresas, ya sean del sector que sean. Sin embargo, Bruselas ultima propuestas de ley para limitar la responsabilidad de los auditores y, así, evitar su quiebra[1]. Es fuerte lo que hay que escuchar. Me consta que hay buenos auditores, pero pienso que lo que debían hacer todos esos profesionales es, sencillamente, realizar bien su trabajo y aplicar escrupulosamente sus normas y procedimientos de verificación, sin saltarse a la torera ni un punto ni una coma, porque los honorarios son bastante equilibrados ¿sí? Y si los procedimientos no son suficientes o se encuentran desfasados, pues a actualizarlos y a diseñar otros nuevos.
 
Puede que, en cierta medida, el auditor, al igual que otros fedatarios públicos, se encuentre en determinadas situaciones atado por el aspecto comercial de su profesión y presionado en más de una ocasión por el cliente ¿no? Si alguien realiza mal su trabajo o es cómplice de desidias, si tiene que quebrar porque su seguro de responsabilidad no le cubra o ir a la cárcel, tendrá que asumirlo ¿sí? Pregunta el articulista: “¿Y si mañana desaparecieran los auditores? ¿Quién se encargaría de certificar la veracidad de las cuentas de las empresas?” Le pregunto: ¿Y si mañana desaparecieran los notarios, los jueces, los fiscales…? ¡Vamos! ¡A limitar las responsabilidades! ¡A ganar dinero! Y si hay algún problema ¡ah! ¡No soy responsable![2].
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[1] Leído en la pág. 35 de elconomista, 18/1/2007.
[2] Formato de texto modificado posteriormente. Fuente de la imagen.sxc.hu.