jueves, 19 de octubre de 2023

Fase de preparación del euro digital

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
El Eurosistema imagina un euro digital que sería gratuito para uso básico de los particulares. Para el Banco Central Europeo (BCE), un modelo de compensación entre intermediarios y comerciantes garantizaría que concurran incentivos para que los intermediarios distribuyan euros digitales, como es el caso de otros instrumentos de pago electrónico y que existan salvaguardias adecuadas contra cargos de servicio excesivos para los comerciantes. El Eurosistema correría con sus propios costes, incluidos los relacionados con la gestión del plan y el procesamiento de la liquidación. Los usuarios podían acceder a los servicios del euro digital a través de la aplicación patentada y la interfaz en línea de su proveedor de servicios de pago, o mediante una aplicación del euro digital proporcionada por el Eurosistema. Las personas sin acceso a una cuenta bancaria o dispositivos digitales también podrían pagar con euros digitales[1]. Los usuarios también podrían cambiar euros digitales por efectivo o viceversa en los cajeros automáticos[2].

En ese sentido, el Consejo de Gobierno del BCE ha activado la fase de preparación del proyecto del euro digital[3]. Sobre la base de las conclusiones de la fase previa, de investigación[4], el BCE ha diseñado un euro digital que sería ampliamente accesible para los ciudadanos y las empresas a través de la distribución por parte de intermediarios supervisados, como los bancos. Este diseño prevé el euro digital como una forma digital de efectivo que podría utilizarse para todos los pagos digitales en toda la zona del euro. Sería ampliamente accesible, gratuito para uso básico y disponible tanto online como offline. Ofrecería el más alto nivel de privacidad y permitiría a los usuarios liquidar pagos instantáneamente en dinero del banco central. Podría utilizarse de persona a persona, en el punto de venta, en el comercio electrónico y en transacciones gubernamentales[5]. Esta fase de preparación[6] durará inicialmente dos años, implicando finalizar el reglamento del euro digital y seleccionar proveedores que puedan desarrollar una plataforma e infraestructura del euro digital.

También, incluirá pruebas y experimentación para desarrollar un euro digital que cumpla tanto con los requisitos del Eurosistema como con las necesidades de los usuarios[7]. El BCE seguirá interactuando con el público y todas las partes interesadas durante esta fase. Después de dos años, el Consejo de Gobierno decidirá si pasa a la siguiente etapa de preparativos, para allanar el camino para la posible futura emisión y despliegue de un euro digital. El lanzamiento de esta fase de preparación no es una decisión sobre la emisión de un euro digital, decisión que sólo será considerada por el BCE una vez que se haya completado el proceso legislativo de la UE y teniendo en cuenta cualquier ajuste en el diseño del euro digital que pueda resultar necesario como resultado de las deliberaciones legislativas. El Eurosistema no podrá ver los datos personales de los usuarios ni vincular la información de pago con individuos[8]. El euro digital también lograría un nivel de privacidad similar al del efectivo para pagos fuera de línea[9]. Fuente de la información: BCE.
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[1] Por ejemplo, utilizando una tarjeta proporcionada por un organismo público como una oficina de correos.
[2] La transparencia y la estrecha cooperación con las partes interesadas siguen siendo pilares clave del proyecto. El Eurosistema se ha beneficiado enormemente de la retroalimentación de los responsables de la toma de decisiones, los participantes en el mercado y los usuarios potenciales europeos, y seguirá colaborando activamente con una amplia gama de partes interesadas.
[3] Decisión que se produce tras la finalización de la fase de investigación iniciada por el Eurosistema en octubre de 2021 para explorar posibles modelos de diseño y distribución de un euro digital.
[4] Detalladas en un informe.
[5] Ningún instrumento de pago digital ofrece todas estas características. El euro digital llenaría ese vacío.
[6] Que comienza el 1 de noviembre de 2023.
[7] Por ejemplo, en términos de experiencia de usuario, privacidad, inclusión financiera y huella ambiental.
[8] El euro digital haría de la protección de datos una prioridad.
[9] Igualmente, el euro digital promovería la resiliencia, la competencia y la innovación en el sector de pagos europeo. Garantizaría que exista una solución de pagos paneuropea para la zona del euro bajo una gobernanza europea. Dependería de su propia infraestructura, fortaleciendo así la resiliencia. Y proporcionaría una plataforma sobre la cual los intermediarios supervisados europeos podrían crear servicios paneuropeos para sus clientes, aumentando la eficiencia, reduciendo costos y fomentando la innovación.