La verdadera esencia del liderazgo

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La Real Academia de la Lengua Española define “paradoja” como lo contrario a la opinión común, “hecho o expresión contrarios a la lógica” o bien “empleo de expresiones o frases que encierran una aparente contradicción entre sí, como en mira al avaro, en sus riquezas, pobre”. En el fin de semana pasado he estado re-hojeando el texto de James C Hunter, “La Paradoja”[1], con el subtítulo “Un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo”, donde el autor intenta responder a cuestiones tales como ¿Qué cualidades se necesitan para ser un buen jefe? ¿Cómo se consiguen la autoridad y la credibilidad necesarias para dirigir de forma efectiva?

También, Hunter recuerda los principios universales que permiten colaborar con los demás, ya sea en el trabajo o en el ámbito familiar. Para el autor, los principios del liderazgo son tan simples que se han olvidado por completo, confundiendo la autoridad con el poder y el respeto con el miedo, lo que lleva a unas relaciones tensas y recelosas entre jefes y subordinados, y a un triste resultado: cuando un equipo trabaja para contentar al jefe ¿Quién se ocupa realmente del trabajo? Parte de este texto también se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “La Paradoja”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.

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[1] Hunter, James C. La Paradoja. Ediciones Urano. 2003.