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Desde entonces, tenía el gusanillo de prepararla y, a riesgo que el hermano comente “Manué, cómo se te ha ocurrido cocinar ese guiso con la calor que hace”, me dije “a por ello” y el sábado emplaté este casi “levanta boinas”. Digo “casi” porque solo sobró una “tapita” que me voy a comer hoy, después de haber votado[2] y en los prolegómenos del preceptivo arroz dominical (andaluz o andaluza: si puedes, vota al partido conservador o progresista con el que te sientas identificado políticamente, y si no sabes a quién votar, pues vota en blanco, pero vota).
Escribe Teo que el quid de la cuestión se encuentra en el barril de cerveza que preparó Miguel para cocinar las patatas a la riojana. No lo dudo, por lo que este secreto está relacionado con ser “buena gente” y Miguel, que tuve la suerte de conocerlo, lo era y mucho. Y el pimiento choricero, rojo seco, que conseguí en una tienda del centro de Málaga, o el chorizo, que utilicé dulce "pa no espantá” a la familia (que con el calor ya estaba haciendo las maletas), también hizo de las suyas hasta el punto que, lo dicho, solo quedó una exigua tapita.
En cuanto a los ingredientes que utilicé, 2 kilogramos de papas, 4 chorizos, 2 hermosas cebollas, 5 dientes de ajo, una hoja de laurel, pimiento choricero[3], rácano en la sal, aceite de oliva virgen extra de Mollina y un poco de agua. Se rehoga la cebolla[4] y finas lonchas de ajo, pimiento, laurel, luego el chorizo cortado en rodajas (sin piel) y después te pide la olla las papas “desgajadas”; revuelvo todo, echo el agua y en veinticinco minutos “a por ello”. Parte de este texto también se ha editado en el sitio gastropost, bajo el título “Patatas a la Riojana”. Fuente de la imagen: mvc.
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[1] Martínez Gay, Teófilo. Patatas a la Riojana. Sitio Las recetas de la Abuela Juli. 2020. Visitado el 19/06/2022.
[2] Elecciones a la Comunidad Autónoma Andaluza.
[3] Nada de carne de pimiento en tarrito de cristal.
[4] Cortada en modo juliana.