Fuente de la imagen: veverkolog en pixabay |
Hace unos días, en el sitio Contable y Fiscal, me hacía eco de la publicación en el Boletín Oficial del Estado español (BOE), de la Resolución de 21 de enero de 2020, de la Dirección General de la Agencia Estatal de Administración Tributaria española (AEAT), por la que se aprueban las directrices generales del Plan Anual de Control Tributario y Aduanero de 2020. Si quieres acceder a la publicación, clickea AQUÍ. Parece que la Agencia Tributaria ha puesto en marcha un plan especial de comprobación de contribuyentes que en sus declaraciones del Impuesto sobre Sociedades vienen consignando reiteradamente bases imponibles negativas pendientes de compensar en el futuro, denominado "Plan de Control Tributario 2020". De entrada, me parece una obviedad lo de empresas en pérdidas, porque muchas de las entidades que han mantenido el tipo en la crisis económica, desgraciadamente llevan en sus espaldas pesadas mochilas de bases imponibles negativas.
Pero lo que vengo a poner el acento esta mañana es la finalidad, o al menos uno de los fines prioritarios del plan, que no es otro que verificar con intensidad la corrección de estos saldos negativos a la vista de su "incremento" a lo largo de los años y del "riesgo" que ello implica de minoración indebida de tributación en ejercicios futuros. Es decir (si no he entendido mal), como durante la larguísima crisis han sucumbido cantidad de empresas y empresarios, aquéllas que han logrado sortear el tremendo vendaval, asumiendo resultados negativos a costa de sus recursos patrimoniales históricos, ampliaciones de capital, etc., ahora se les pone en el centro de la diana, amenazándolas, como si no hubieran tenido suficiente. Por favor. Si hay que inspeccionar, se inspecciona, pero con discreción y en base a planes construidos en el resultado del análisis masivo de datos (big data tributario) y la gestión de riesgos fiscales.
¿Por qué esas sufridoras empresas son el centro de atención de la AEAT? ¡Ah! ¡Ya! Porque esos saldos pueden en un futuro ser compensados con beneficios, tanto por ellas mismas como por otras que continúen su actividad. Pues claro que deben ser compensados ¡Ojalá se compensen! Eso significará que han vuelto a obtener bases imponibles positivas. Te confieso que no entiendo la verdadera razón de esos objetivos del plan. Esas empresas han estado sometidas en la época de vacas flacas a las mismas reglas del juego del cumplimiento normativo que el resto (hayan sobrevivido con beneficios o sucumbido en el camino). Y ahora que empiezan a ver la luz al final del túnel se les advierte de que van a ser inspeccionadas. Parafraseando al eterno Chiquito de la Calzada, cuando decía "Pecador de la pradera", concluyo con el siguiente sentimiento: “Van a por ti, empresa sufridora de la pradera”.
Pero no pasa nada, estamos en la España de los Pujols, EREs, Bárcenas, Campeones, Filesas, Camisetas, Gürtel,... (ver Casos de Corrupción, punta del Iceberg de todos los tejemanejes defraudatorios, putrefactos y punitivos), donde Hacienda supuestamente mira para otro lado, como si lo del 20/80, recogido en el texto "La Lucha contra el Fraude", no fuera con ella, mientras la manoseada "masa", sigue soportando vía impuestos, desempleo, extorsión... los desmanes de los de siempre. Y es que la Administración Tributaria debería dejar a un lado tanta publicación de planes de inspección y utilizar, de una vez por todas, en sus previsiones presupuestarias, el susodicho 20/80, es decir, aplicar el 80% de sus recursos al 20% de las cabeceras fiscales que generan esos potenciales fraudes mayúsculos. Tonterías las justas. Fuente de la imagen: veverkolog en pixabay.
Pero no pasa nada, estamos en la España de los Pujols, EREs, Bárcenas, Campeones, Filesas, Camisetas, Gürtel,... (ver Casos de Corrupción, punta del Iceberg de todos los tejemanejes defraudatorios, putrefactos y punitivos), donde Hacienda supuestamente mira para otro lado, como si lo del 20/80, recogido en el texto "La Lucha contra el Fraude", no fuera con ella, mientras la manoseada "masa", sigue soportando vía impuestos, desempleo, extorsión... los desmanes de los de siempre. Y es que la Administración Tributaria debería dejar a un lado tanta publicación de planes de inspección y utilizar, de una vez por todas, en sus previsiones presupuestarias, el susodicho 20/80, es decir, aplicar el 80% de sus recursos al 20% de las cabeceras fiscales que generan esos potenciales fraudes mayúsculos. Tonterías las justas. Fuente de la imagen: veverkolog en pixabay.