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Por lo visto, los economistas hacía meses avisaron que un país en el que la construcción significaba un 18% del PIB, estaba caminando sobre la cuerda floja[3]. Conforme la demanda de casas nuevas se redujera, el desempleo crecería, el gasto del consumidor se reduciría y se podría producir una caída generalizada. Pero eso no era suficiente para el FT, que, por el contrario, se fijaba en que por aquellos tiempos la Bolsa había rebotado de tal forma que alcanzó máximos históricos[4] o que JP Morgan sólo preveía una caída de 2,5 puntos porcentuales en la contribución de la construcción al PIB español hasta alcanzar el 7% ¿No era suficiente? ¿Tampoco eran suficientes los sucesivos avisos de la Unión Europea sobre el referente español? Si hubiera dispuesto de presupuesto, no te quepa la menor duda que hubiera invitado al redactor de ese artículo[5], a una semana de investigación en Valencia, Madrid o Andalucía, porque me daba la impresión de que se había intoxicado de los medios “agoreros”[6] afín al negocio y debería haber profundizado unas capas informativas más.
Hoy, entiendo que el común de los mortales “españolistos”, aún no ha salido de la crisis. Me remito a los datos y a la inmensa brecha generada entre los que tienen más y los que tienen poco o nada. Sin embargo, en esta semana, de la conclusión de dos reuniones distintas, los interlocutores trasladaban que se está notando cierta mejoría en la economía de la masa, tímida, pero al fin y al cabo recuperación. El Banco de España opina[7], que la evolución del fortalecimiento de la economía mundial, viene acompañada de un aumento del grado de sincronía cíclica entre las principales áreas geográficas, lo que abarca, con algunas excepciones, las principales economías avanzadas y emergentes, si bien persisten todavía algunas dudas acerca de la intensidad de la recuperación, en un contexto en el que la traslación de la mejora de los indicadores de naturaleza cualitativa a los de carácter cuantitativo sigue siendo incompleta. En el área del euro, el crecimiento del producto se aceleró en el primer trimestre del año hasta el 0,6%, en un contexto en el que la recuperación se ha ido extendiendo a un número creciente de economías.
Según el Banco de España, en mi país el ritmo de avance de la actividad se ha intensificado a lo largo de la primera mitad del año. Concretamente, se estima que el PIB habría crecido un 0,9% en el segundo trimestre. La información disponible indica que, tras la pérdida de empuje observada en los primeros meses del año, el consumo privado habría recuperado un mayor vigor durante la primavera, apoyado en la continuación del proceso de generación de puestos de trabajo y en la prolongación de condiciones financieras favorables. La inversión en construcción podría haber acentuado también el tono positivo mostrado en el primer trimestre, de acuerdo con la información procedente de los indicadores contemporáneos. Por el contrario, el gasto en bienes de equipo habría moderado su ritmo de avance, tras mostrar un crecimiento muy elevado al comienzo del año. En cuanto a la tasa de variación interanual de los precios de consumo, que en los meses de enero y febrero había alcanzado un máximo del 3%, ésta se ha desacelerado con posterioridad, hasta situarse en el 1,9% en mayo, como consecuencia de los efectos base asociados al componente energético.
Como en el área del euro, los ritmos de avance del IPC no energético y del IPSEBENE se han mantenido en el entorno del 1%, con el trasfondo de las trayectorias opuestas de los precios de los servicios[8] y de los precios de los bienes industriales no energéticos[9]. No se aprecian, por tanto, señales concluyentes de que el repunte, que transitoriamente pudo observarse en el componente energético a partir del verano de 2016, se esté trasladando a los precios de otros bienes y servicios de consumo, ni tampoco que la reducción del grado de holgura cíclica esté dando lugar a un aumento apreciable de las presiones inflacionistas. En resumen, discurro que existe una tímida recuperación consecuencia de factores exógenos, como pueden ser las acciones terroristas en terceros países desarrollados o el declive de zonas tradicionalmente turísticas, que están siendo afectadas por las involuciones consecuencias de la guerra. ¡Ah! "Como no tengo boca prestada"[10], te diré que "de agorero nada de nada", sencillamente interpretación de los descarados datos económicos y sociales.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Mediocridad, inhibición y corruptela (2006), No es oro todo lo que reluce (2007). Sitios visitados el 30/06/2017.
[2] Velasco Carretero, Manuel. ¿Los agoreros no acertaron? 2007. Sitio visitado el 30/06/2017.
[3] No hay que ser economista para deducir eso.
[4] También, antes de la crisis del 29 se alcanzaron máximos.
[5] Que, por cierto, está descatalogado en la versión web del periódico.
[6] Ésos sí: agoreros en el sentido peyorativo del término.
[7] Si quieres acceder al informe, clickea AQUÍ. Sitio visitado el 30/06/2017.
[8] Que han tendido a acelerarse.
[9] Que se han ralentizado.
[10] Velasco Carretero, Manuel. Boca prestada. 2011. Sitio visitado el 30/06/2017.