martes, 8 de marzo de 2016

El futuro de los negocios

Fuente de la imagen: pixabay
Lleva una semana Málaga (España) con la basura sin recoger (El Mundo, El País, DiarioSur[1]…), acumulándose por los rincones toneladas de inmundicia, porquería, roña, bazofia… Algún que otro transeúnte aparece por la esquina con una mascarilla puesta, y no va desacertada su decisión puesto que el olor a putrefacción empieza a ser preocupante. ¡Dios! ¡Cuánta basura generamos! Junto a desperdicios de comida se acumulan plásticos, muebles, electrodomésticos… Si eres follower de este sitio, conocerás mi interés desde hace unos años por el reciclaje. Textos como “Jugar, reciclar, imaginar” o “La dichosa ranura[2] son buena prueba de ello, por lo que no te extrañarás que ayer volviera a dar la caña a mi familia con la necesidad de que la industria dejara de una vez por todas lo de la obsolescencia programada (ver “Hora de despertar” o “Sencillos y convincentes[3]) y otras programaciones de la vida de los productos que consumimos, centrándose en un uso eficaz y eficiente de los pocos recursos que le quedan a esta roca en la que vivimos. Pero si nos inunda el pesimismo, seguro que pensamos algo del estilo “no caerá esa breva”, al menos tan pronto, teniendo que pasar probablemente varias décadas más. Y cuando el daño sea irreversible solo cabrá rasgarse las vestiduras (confeccionadas por los new-esclavos en algún país de esos catalogados como emergentes). A continuación tienes el documental de TVE, subido a Youtube por INSPIRE ME (Fenix Tube), titulado "Comprar, Tirar, Comprar... Obsolescencia Programada".
Pero parece que existen corrientes de pensamiento global que van en la línea de lo que modestamente pienso. Por ejemplo, leo en hipertextual.com que la Fundación FENISS (Fundación Energía e Innovación Sostenible Sin Obsolescencia Programada), de origen español, ha creado un nuevo sello conocido como ISSOP, siglas de "Innovación Sostenible Sin Obsolescencia Programada", con el fin de proteger a los consumidores y al medio ambiente de prácticas tan frecuentes en la industria como la obsolescencia programada. También, Lisa Gansky escribía hace unos años en The Mesh: Why the Future of Business is Sharing[4], que traducido con mi inglés de los Montes de Málaga es algo así como “La malla: Por qué el futuro de los negocios está en el compartir”, acerca de esas empresas que se encuentran integradas en una red empresarial, a modo de malla, fabricando productos y ofreciendo servicios de manera transitoria, estacional o pasajera, de forma que una vez usados, se reciclen para que se puedan volver a usar, disfrutando los usuarios del uso de esos productos o servicios sin los costes que emanan de su posesión. Te dejo un vídeo, subido a Youtube por TED, donde Lisa Gansky habla de un futuro comercial en el que toda clase de cosas pueden compartirse, sea mediante el alquiler por Internet o cara a cara. Así que compartir como tabla de salvación (fuente de la imagen: pixabay).
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[1] Sitios visitados el 08/03/2016.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Jugar, reciclar, imaginar (2008), La dichosa ranura (2009). Sitios visitados el 08/03/2016. 
[3] Velasco Carretero, Manuel. Hora de despertar (2011), Sencillos y convincentes (2013). Sitios visitados el 08/03/2016. 
[4] Lisa Gansky. Why the Future of Business is Sharing. The Mesh. 2010.