Fuente de la imagen: archivo propio |
“Pechá” de reír la que se dio ayer una ex-colaboradora que
visitó uno de mis rincones profesionales, descubriendo unas pesas rojas en una canastilla,
también roja. – Mujer, es para desentumecer los músculos – Le respondí. Si bien, para lo que sirven es como receptores de telarañas, puesto que las utilizo de higo a breva. Fuente de la imagen: archivo propio.
La anécdota me sirvió para acordarme del post que Chris
Boyce publicó hace unos meses en el sitio Wired Innovation Insights, bajo el
título “Taking a Culture-First Mentality With Workplace Wellness”[1], sobre estar “a
gustito” en el trabajo, que lo tilda de “Bienestar
2.0”[2], que implica una evolución
de la mentalidad de disposición cualitativa, hacia otro estadio conectivo entre los
miembros de los equipos productivos, con escenarios
que posibiliten permutaciones saludables.
Para Boyce, los principios de este enfoque o filosofía de
trabajo, van desde el pensamiento de que la salud se extiende más allá de lo puramente físico, abarcando lo mental o lo relacional, hasta el contagio motivacional de la salud y el
bienestar, pasando por la promoción y distribución de opciones sanas, el alineo
del bienestar con la misión empresarial o la importancia de las relaciones como
velo envolvente de todo lo profesional - empresarial. Si puedes, recarga pilas en este fin de semana.
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[1] Chris Boyce. Taking a Culture-First Mentality With Workplace Wellness. Wired Innovation Insights. 2013. Sitio visitado el 17/01/2014.
[2] Y que a mí me gusta traducirlo como “A gustito 2.0”.