Fuente de la imagen: archivo propio |
Seguro que si has tenido o tienes que viajar periódicamente
en avión, has llegado a coger el "truquillo" al aprovechamiento del tiempo. En mi
caso lo conseguí en el verano de 1996, cuando arribaba el avión el lunes por la
mañana, de Málaga a Madrid, y el viernes por la tarde realizaba el trayecto
Madrid – Málaga. Así durante unos meses.
Al principio era un desastre, pero poco a poco iba
armonizando el uso de los minutos en trayecto, desde la llegada al aeropuerto y los trámites
de billetaje y seguridad, hasta saber en qué punto de la espera debes sentarte,
qué temas son los mejores para trabajar o, incluso, cuándo debes leer un libro
o escuchar música. Al final, te envuelve la rutina y verdaderamente sacas
rendimiento de ese tiempo.
Pero ¿y cuándo vas camino del trabajo en tu ciudad? ¿O un
viaje distinto al del avión, por ejemplo, en coche Málaga – Sevilla? ¿Incluso,
cuando vas andando al colegio a recoger al peque? Últimamente utilizo esos
momentos, a lo de "el tiempo entre costuras", para el estudio, escuchando temas grabados previamente.
De vez en cuando me doy cuenta que no estoy prestando
atención, pero en otros momentos capto algún conocimiento que se me queda en la
consciencia. Eso sí, cuando estoy con otra persona o camino con el querubín, es
bueno aprovechar el tiempo en esa oportuna convivencia. Si puedes, recarga
pilas en este fin de semana (Fuente de la imagen: elaboración propia, desplazándome en patín por el paseo marítimo de Playamar - Torremolinos).