Fuente de la imagen: AndreasGoellner en pixabay |
La estudié por primera vez en las clases de las asignaturas de Marketing y Publicidad[1]: producto, precio, distribución[2] y promoción, conjugándola con la también conocida como las 6R: reestructuración, reducción, reutilización, reciclaje, redistribución y, por derivación, revalorización. Todo eso del valor de las relaciones con los clientes y el cultivo "4P x 6R" lo firmo, pero no comulgo con que la trascendencia defendida por el amigo se encuentre por encima de la calidad del producto o servicio que se ofrece.
¡Cuidado! Son dos platos de una misma balanza. Si tengo muy buenas relaciones con mis clientes pero el servicio profesional que les doy es pésimo, mafioso o abusivo: malo, malo. Igualmente al revés, por muy buen producto que tenga, si trato a los clientes con la punta del zapato: malo, malo (Fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: AndreasGoellner en pixabay.
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[1] De tercero de Gestión Comercial, Diplomatura Universitaria de Estudios Empresariales, en la década de los ochenta del siglo pasado.
[2] En inglés “place”.