Fuente de la imagen: Miroslavik en pixabay |
No tengo muy claro lo de “aunque a veces necesarias”, sobre
todo con la infancia y también entre los miembros de un equipo. Ayer, cuando se
me empezó a escapar un comentario en esa línea, el peque me cortó en seco con
la siguiente respuesta: “Papi, las condiciones eran distintas, por lo que no es
comparable”. Punto pelota, pensé (dicho de otras formas: "punto fin" o "punto final"). Me tiré la tarde reflexionando sobre el asunto y su
derivación profesional, es decir, en el conjunto de colaboradores/as con los que
laboro. Desgraciadamente, lo normal es caer en las comparaciones, en muchos
casos escudándose en la frase objeto de este post y sin pensar si es procedente tan siquiera conjugar.
Si estamos todo el día con las confrontaciones, cotejos y mediciones, sin caer en su
necesidad o improcedencia, torpedeamos el preciso ambiente de compañerismo,
confidencia y seguridad que debe primar en todo equipo de trabajo que se
precie. Así que si eres coordinador, jefe, director o gerente de tal
o cual proyecto, procura primero analizar las consecuencias negativas que toda
comparación conlleva, poniendo en valor el perfil profesional del potencial
receptor, antes de realizar comparaciones de su trabajo respecto a los
resultados de otro u otros individuos (Fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: Miroslavik en pixabay.