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Sí, se puede y se debe hacer. La contracción de costes hay que diseñarla con sumo cuidado, ingeniosamente y con plasticidad, aumentando la productividad y procurando paliar las consecuencias dañinas que a medio y plazo todo ajuste de costos acarrea.
Ojo con las bajadas intensivas de precios, los descuentos y las liquidaciones y, en resumen, decidir apresuradamente sin percibir y analizar objetivamente cada escenario y sus circunstancias (fuente de la viñeta: imagenes-gratis.net). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: geralt en pixabay.