Soy de los que todavía opinan que no por estar más tiempo en el tajo serás más productivo. Se piensa que jornadas semanales de 90 horas y más nos salvarán o nos engrandecerán.
Las semanas de cincuenta horas de trabajo, consideradas antaño como una garantía del éxito, hoy se perciben como si se laborara con un contrato a tiempo parcial. No es suficiente. Estamos equivocados.
Trabajar siete días a la semana, dieciocho horas al día, no es bueno para la empresa y menos para el colaborador, denota que algo está fallando y es muy nocivo para el talento.