Fuente de la imagen: archivo propio |
Otro día intenso el de ayer. Lo empecé en la comarca de Antequera, verificando ayudas en una corporación local. Luego me pasé por Mollina, a comprar vino y saludar a ex-compañeros. Allí charlé largo y tendido con un empresario agrícola, sobre los precios del vino, del aceite y de la aceituna de aderezo. Cosa seria la situación económica del campo. Pesimista anda el hombre. Tiene buena cepa y buen olivo, pero a duras penas cubre los costes. Hay que hacer algo distinto a lo que hacen los demás. Eso me decía días atrás un director comercial del sector. A ver si es verdad. Lo que no hagamos nosotros no lo van a hacer los cantamañanas públicos y privados. Por la tarde estuve en un taller sobre comercio internacional, organizado por ESIC y que se desarrolló en las instalaciones que tiene la escuela en el Parque Tecnológico de Andalucía (Málaga, España).
Interesante el contenido y la labor de los coordinadores, sobre todo de Jesús Centenera Ulecía, que avisó al inicio que nos iba a llamar ignorantes, y así fue, ignorante me catalogó. Después, lo reconocí, pero lo olvido más veces de las que debiera. La verdad es que algunos nos creemos que por haber exportado partidas de productos, ya sean litros vino, kilos de aceituna o intangibles vía teleformación, nos creemos que cualquier mercado no se nos resistirá y con nuestro "atrevido" entusiasmo podemos arrastrar a empresas a posibles precipicios. Exportar es una cosa muy seria y de largo recorrido. Hay que tenerlo muy claro, si no, no te metas. Te dejo una foto, que me hizo Arturo en el excelso momento en que Jesús me martirizaba. Finalmente, llegué a casa para ver la segunda parte de España-Portugal. Paco, sin comentarios. Fuente de la imagen: archivo propio vía Arturo.