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Fuente de la imagen: klimkin en pixabay
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Ayer, por la mañana, mientras conversaba con unos potenciales clientes acerca de un determinado servicio profesional, caí en la cuenta de la emoción que me embargaba y que, supongo, todo mi ser trasladaba junto a la argumentación oral. – Buscamos técnica pero, también, confianza, compromiso y emoción. Usted nos ha narrado una atrayente historia. Concluyeron, emplazándome
a la semana que viene para defender la propuesta y el perfil ante su consejo de administración.
Luego, al mediodía, reflexioné sobre la situación y llegué a la conclusión de lo importante que es hablar de un producto o servicio con sincera pasión y, más trascendente aún, escuchar proactivamente. Si logras captar lo que necesita el cliente, adaptar lo que ofreces a esa necesidad y contar el trabajo que pretendes realizar en casa del cliente o el producto que quieres vender, como si fuera una experiencia gratificante, una aventura excitante o un camino hacia un estadio mejor, habrás conseguido un porcentaje muy alto de convencimiento.
Relata a tus clientes historias donde ellos ganen y tú ganes, que se puedan convertir en realidades. Si luego lo previsible es que las materialices, triunfarás. Pero si pretendes consciente o inconscientemente aprovecharte de la situación y propiciar pérdida o déficit al cliente, en la actual situación económica y social en que vivimos, más temprano que tarde, perderás (composición de imagenes-gratis.net). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: klimkin en pixabay.