El cambio también le ha afectado al viejo Mate. Han sido casi catorce años de convivencia, Su ficha de servicios se encuentra impoluta. La de veces que me ha salvado de un percance; el último no quiero ni recordarlo (ver post "El cuponazo"). La última pieza cambiada: el motor de arranque. Con la edad el consumo se incrementaba y la comodidad en carretera disminuía.
Le eché el ojo a mediados de 1995, pero no fue hasta finales de 1996 cuando pude comprarlo. Casualidad de la vida, el presidente de Grupo Vértice, Juan, había adquirido ese mismo año uno largo y algunos pensaron que lo imité, pero no fue así, Mate era corto, como me gustaba, y la decisión estaba tomada desde hace tiempo.
Ayer lo entregué al concesionario. Ni puedo ni debo mantener dos utilitarios. Me han dado bastante más del valor publicado. Con la ayuda de la familia, de la financiera y del propio Mate, me entregaron un coche más actual. Sirva este post de recuerdo a todos los momentos pasados en ese automóvil y deseo que su nuevo propietario sea colmado de satisfacciones (foto de Mate).