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En un instante del día de ayer, me sentí presuntamente ninguneado. Quizás no es el término correcto, pero es el que se me ha venido a la cabeza esta mañana, para describir la desagradable sensación de que un tercero se pase por alto una decisión, ignorando a quién la ha tomado, pero sabiendo perfectamente de quién se trata. Lo más probable es que en su momento, cuando comente en el foro adecuado esta situación, recibiré todo lujo de explicaciones y, probablemente, excusas, pero el desajuste se ha generado. Quizás, las argumentaciones, por respeto y ética de actuación, hay que realizarlas antes ¿No te parece?
Dice Fabio[1] en su blog, que “la ignorancia es el peor de los castigos, por eso, cuando una persona ningunea a otra, persigue, tras ese objetivo, la dolorosa acción de la ignorancia.” No me gusta el ninguneo. Si un tercero me ningunea, me da igual. Pero si una o varias personas que respeto, presuntamente me ningunean, entonces debo primero preguntar, luego reflexionar y, después, decidir. Termina el caluroso mes de julio. Que empieces agosto con buen pié y que disfrutes de un reparador fin de semana. Links actualizados posteriormente. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: athree23 en pixabay.
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[1] Alojado en infobae. Enlace roto posteriormente.