Según la leyenda, en la Edad Media, un hombre virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. El verdadero autor era un señor influyente y, desde el primer momento, se buscó un chivo expiatorio. El virtuoso fue llevado a juicio, conociendo de antemano su nula oportunidad de escapar de la horca. El compinchado juez, cuidando la formalidad de un juicio justo y debido a la fama del acusado de hombre justo, le ofreció la posibilidad de dejar en manos de Dios su destino, escribiendo en dos papeletas "Inocente" en una y "Culpable" en otra. La víctima, dándose cuenta de la trampa, al haber escrito el juez en las dos papeletas "Culpable", y obligado a elegir uno de los papeles, respiró profundamente y se llevó uno de los papeles a la boca y rápidamente se lo tragó. Los presentes le reprocharon el acto e indignados le preguntaron cómo se iba a saber el veredicto. "Sencillo”, respondió el virtuoso. “Si se lee el papel que queda, se sabrá lo que decía el que me he tragado”. Quedó absuelto. Te dejo una lista de reproducción, que he confeccionado con vídeos subidos a Youtube por idecesemmultimedia, con el taller "Gestión en Tiempos de Crisis" impartido por Bienvenido Martínez, de IDE-CESEM.