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Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
Para este verano, decidimos poner un toldo en el patio trasero, que tiene unas medidas de treinta metros cuadrados, aproximadamente, disponiendo de una estructura metálica que nos había dejado el anterior propietario. El primer presupuesto lo recibimos a finales de mayo y rondaba los seis mil euros. ¿IVA incluido? No, aparte los impuestos, respondió el comercial, de forma muy amable y amigable, como si lo conociéramos de toda la vida. Desorientado me encontraba. Era demasiado caro para nuestros bolsillos y, por otro lado, no tenía con qué comparar. Pedimos otro presupuesto. Una semana tardó el representante de la segunda empresa en atendernos. En menos de cinco minutos, a ojo de buen cubero, nos dijo que saldría por unos dos mil quinientos euros, más o menos. ¿IVA incluido? Si quiere factura, le tengo que aplicar el sobreprecio del gravamen ese, indicó, todo versado en tributos. La mosca se me puso detrás de la oreja. Un amigo de un amigo, después de comentarle mis vicisitudes, me recomendó un instalador barato, barato, barato. Lo llamé. Vino, vio y sentenció: mil quinientos euros. ¿IVA incluido? Me contó una larga historia de altas cotizaciones, cargas sociales, impuestos, seguros, costes laborales, etc., y me dijo que no facturaba, que todo negro, negro, negro.
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Fuente de la imagen: mvc elaboración propia |
"Hágalo usted mismo". Después de reflexionar, decidimos colocar un cañizo en una parte, comprado en Bauhaus: 1,5x5x3. Creo que no llegó a 36 euros. Semanas mas tarde, hablando con un familiar, nos sugirió que preguntáramos en una tienda el precio al que nos saldría la lona de toldo. Así lo hicimos. Nos pasamos por el establecimiento recomendado. Después de charlar un rato con el dependiente, decidimos comprar la tela. Dos largos trozos. Menos de cien euros. El domingo cosimos, con una máquina Alpha 2104, las dos partes y rematamos los extremos, generando unos dobleces por los que introducimos unas varas metálicas recicladas, que teníamos inutilizadas en el garaje. Luego, colocamos la pieza encima del cañizo, ajustándola a la estructura y sujetándola mediante hilo metálico plastificado, insertado a través de remaches implantados. Total precio del trabajo o coste del autoconsumo, incluyendo la valoración del tiempo que hemos dedicado (4 horas) = trescientos euros. Por curiosidad, busqué en Internet acerca de toldos y su construcción, averiguando que se puede ahorrar mucho dinero si se planea construir uno mismo el toldo. calculándose que una persona puede ahorrar hasta un 90% del precio, mediante la construcción de su propio toldo (
Ver página: Cómo construir un toldo). Finalmente, la pregunta que me ronda la cocorota: ¿Es la situación de crisis un caldo de cultivo favorable para el resurgir de la economía sumergida? (foto del lateral del susodicho tinglado).