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| Fuente de la imagen: Sir_hennihau en pixabay |
La alianza estratégica es como un matrimonio colaborativo, oportunista, formal y, generalmente, a corto plazo, entre dos o más empresas, que quieren optimizar sus niveles para competir en el mercado, alcanzando un conjunto de intereses privados y comunes a base de compartir recursos. En el año 1999 tuve la oportunidad de conocer de lleno esta figura empresarial, en el sector de las Telecomunicaciones (en su momento, una operadora de telefonía de segundo nivel) y de Internet.
Inicialmente, percibí en el contrato como un detrimento del control de algunas funciones organizativas, así como una cierta susceptibilidad por la circulación de información hacia ese forastero figurante (el otro socio estaba en Alemania) y molestia porque otro iba a frecuentar nuestras particularidades profesionales.
Sin embargo, valoramos las importantes sinergias que podían acarrearnos, no sólo a nivel comercial, sino, también, organizativo. Al final, ni nosotros éramos tan débiles ni ellos tan fuertes. Valorando la experiencia en perspectiva, diría que “lo comido por lo servido”.Sin embargo, no obstante, si se volviera a repetir la situación, creo que volvería a recomendar la alianza (Fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada posteriormente; fuente: Sir_hennihau en pixabay.