Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
Hasta pueden tener parte de razón (en lo de afectarles negativamente a su triste estrategia), pero ¡no confundamos el tocino con la velocidad! Son otros millones de personas, trabajadores/as y economías de escalas, los verdaderamente damnificados por la corrupción inmobiliaria. ¡A vender patrimonio para pagar al personal, a la Administración Pública, a los proveedores y satisfacer los compromisos con los clientes y si se ha incurrido en estafa u otras irregularidades tipificadas en el código penal, pues, si procede, al trullo![3]. La Imagen se ha incorporado con posterioridad; fuente: mvc archivo propio.
____________________
[1] Directores de comunicación.
[2] O cara dura
[3] A título indicativo, rescato algunas cabeceras de noticias a lo largo de esta semana: “los promotores constatan el fin de la fiesta inmobiliaria”, El Periódico de Cataluña, miércoles, 8; “Atrapados en el ladrillo”, La Vanguardia, martes, 7; “La Banca aplaude la reforma hipotecaria porque ayudará a las familias a salvar la crisis”, La Gaceta de los Negocios, sábado, 4; “La puesta a la venta de viviendas compradas como inversión satura el mercado malagueño”, Diario Sur, viernes, 3; “La imagen de España, bajo la losa de la corrupción urbanística”, Cinco Días, martes 7; “Los promotores constatan el fin de la fiesta inmobiliaria”, El Periódico de Cataluña, miércoles 8; “Locos por el ladrillo: más de 100.000 empresas de la construcción se han creado desde el boom inmobiliario”, elconfidencial.com (digital), viernes 10. Hasta el comisario Almunia, ¿oportunista nuevamente?, se apunta advirtiendo que “la evolución de la vivienda amenaza el crecimiento económico en España” (curioso, hace semanas leí una declaración suya en sentido contrario), ABC, viernes 10. Sitios visitados el 14/11/2006.