jueves, 16 de noviembre de 2006

El uso del correo electrónico en la empresa

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Autor: Manuel (Málaga, España). Parece que la Cámara de Comercio de Copenhague ha demostrado que el uso del e-mail afecta de forma negativa a la productividad[1]. Por lo visto, después de recibir un correo, se tarda una media hora en recuperar la concentración óptima y dada la avalancha de spams, mensajes numerosos y multicolores que recibimos a lo largo de la jornada laboral y nuestra cada vez más impulsividad en atender la comunicación, genera un preocupante decremento de la productividad. Con todos mis respectos, pienso que son de cajón esas conclusiones y no había que haber realizado un trabajo de investigación tan profundo, ya que existe un histórico de ejemplos sumamente representativos. Se me viene a la cabeza desde las innumerables llamadas telefónicas que se reciben, de todo tipo, hasta el compañero pejiguera, plasta y monserga que te interrumpe por nimiedades y se extiende eternamente en sus circunvalaciones cerebrales.

Por si es de vuestro tu interés, en el año 1997, debido a la “novedad” del correo electrónico en varias divisiones organizativas, unido al uso indistinto y por separado del módem, el fax y el teléfono (todavía no se disponía del ADSL y la RDSI era para otros flujos de datos), propuse que centralizáramos la bajada de e-mail-s a primera hora de la mañana y el envío de contestaciones y vuelta a consultar el servidor de Internet por la tarde, salvo excepciones plenamente justificadas. El ajuste del procedimiento, sorpresivamente generó un uso más extensivo y eficiente de esta forma de comunicación. En realidad, aplicamos la misma lógica que años antes utilizamos con el teléfono, sobre todo las llamadas personales y las de marketing telefónico. Eso sí, el perfil mazacote de turno seguía realizando diariamente su ruta, distorsionando las agendas de trabajo diaria que se encontraba a su paso, para desesperación de sus compañeras y compañeros[2].
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[1] Artículo de Marta Toledano, leído en el suplemento infoempleo del domingo 12 de noviembre, del grupo Vocento. Sitio visitado el 16/11/2006.
[2] Lo que posteriormente le sucedió, lo contaremos otro día.