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Cuando
el año pasado Endesa puso en marcha una campaña de publicidad por todo lo alto con la palabra “ON” como estrella invitada, empecé a sospechar que había gato encerrado en todo el tinglado seudo-energético, que se había montado meses atrás con la propuesta de Gas Natural. Al leer la decisión del consejo de administración de la CIA, aplaudiendo la OPA de E-ON, recomendándola y recompensando con quince céntimos de euros a todo aquél que asista a la asamblea, compruebo que, efectivamente, se han condicionado a toda costa las reglas del mercado, confundiendo al personal, primero con el interés nacional y ahora con la procedencia de esa oferta. Cabe preguntarse: ¿Dónde está el
laissez-faire de
Adam Smith? El futuro nos dirá el verdadero coste de oportunidad de los accionistas que vendan "hoy", pero, sobre todo, si el verdadero beneficiado ha sido el consumidor español.