![]() |
Fuente de la imagen: Aquellas semillas germinaron en lo que soy hoy (M. Velasco, 2022) |
Aborda desde los principios generales del sistema tributario hasta la aplicación de los tributos, la potestad sancionadora, la revisión en vía administrativa, la asistencia mutua y la recuperación de ayudas de Estado. Para entender qué son los tributos, la ley los define como ingresos públicos que consisten en pagos monetarios exigidos por la Administración a causa de la realización de un hecho que la ley vincula con el deber de contribuir, principalmente para financiar los gastos públicos. Estos se clasifican en tres tipos: • Tasas: Pagos por el uso privativo o aprovechamiento especial del dominio público, o por la prestación de servicios o actividades públicas que beneficien al contribuyente, siempre que no sean de solicitud voluntaria o no los ofrezca el sector privado. • Contribuciones especiales: Tributos cuyo pago se debe a un beneficio o un aumento del valor de los bienes del contribuyente, como resultado de obras públicas o la creación o mejora de servicios públicos. • Impuestos: Tributos exigidos sin una contraprestación directa, cuya causa es la existencia de actos o hechos que demuestran la capacidad económica del contribuyente. La ley detalla quiénes son los obligados tributarios, que incluyen a personas físicas o jurídicas, y ciertas entidades a las que la normativa impone el cumplimiento de obligaciones tributarias, como contribuyentes, sustitutos del contribuyente, retenedores, sucesores o responsables, entre otros.
También se especifican sus derechos y garantías, fortaleciendo aspectos como el derecho a ser informado y asistido, a utilizar las lenguas oficiales, a conocer el estado de los procedimientos y a presentar quejas y sugerencias[2]. En cuanto a la aplicación de los tributos, se regulan los procedimientos de gestión, inspección y recaudación. Una novedad importante es que las respuestas a las consultas tributarias escritas tienen efectos vinculantes para la Administración tributaria, para quien las consulta, y para otros obligados en situaciones idénticas. También se otorga carácter vinculante por tres meses a la información sobre el valor de bienes inmuebles para su adquisición o transmisión. La ley introduce la figura del "conflicto en la aplicación de la norma tributaria" como un instrumento más eficaz para combatir el fraude sofisticado, reemplazando el tradicional concepto de fraude de ley. Se establece que existe este conflicto cuando se evade la realización del hecho imponible o se reduce la deuda mediante actos o negocios artificiales que no producen efectos jurídicos o económicos relevantes más allá del ahorro fiscal. Los procedimientos de gestión tributaria, que antes apenas estaban regulados, ahora cuentan con una sistematización más completa, incluyendo procedimientos para devoluciones, declaraciones, verificación de datos, comprobación de valores y comprobación limitada.
Un cambio relevante en inspección es la introducción de las "actas con acuerdo", diseñadas para reducir la litigiosidad al permitir un acuerdo previo entre la Administración y el contribuyente en casos complejos, ofreciendo una reducción en las sanciones si no se impugnan. Respecto a las sanciones, la ley establece un régimen autónomo y separado de la deuda tributaria, clasificándose en leves, graves y muy graves, con un mayor énfasis en el grado de culpabilidad y el perjuicio económico y contemplándose reducciones por conformidad o por pronto pago sin recurso, además de la reducción por actas con acuerdo. Finalmente, la ley moderniza los mecanismos de revisión administrativa[3], ampliándose los plazos para interponer y resolver recursos, y se crean órganos unipersonales en los tribunales económico-administrativos para agilizar la resolución de reclamaciones de menor cuantía. También se establece un recurso extraordinario de alzada para la unificación de criterio, buscando asegurar una interpretación coherente de la normativa por parte de toda la Administración tributaria. Concluyendo, la Ley General Tributaria de 2003 es una normativa clave que actualizó y modernizó el sistema fiscal español, poniendo un fuerte énfasis en la seguridad jurídica, la eficiencia administrativa y la protección de los derechos del contribuyente, sin descuidar la lucha contra el fraude.
__________________
[1] Velasco-Carretero, Manuel (2016). Análisis de la Ley General Tributaria española. Sitio Contable y Fiscal. Visitado el 2/9/2025.
[2] Por ejemplo, se incorporó el derecho a que las manifestaciones de los interesados queden recogidas en diligencias.
[3] Como el recurso de reposición y las reclamaciones económico-administrativas.