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Fuente de la imagen: Homo Deus: Breve historia del mañana. Sitio book—post (M. Velasco, 2019) |
El dataísmo, esa "religión" que ve al universo como un flujo de datos y a los organismos como algoritmos, ofrece las herramientas perfectas para que los extremismos se multipliquen por doquier, creando burbujas de realidad alternativas donde la verdad fáctica es irrelevante. El despropósito en las Naciones Unidas y la tibieza de la Unión Europea son preocupantes fallas políticas, pero, sobre todo, es el síntoma del profundo reto que Harari planteó al orden global. Si la humanidad se percibe a sí misma como una colección de algoritmos o de identidades tribales en competencia, ¿por qué esforzarse en la solidaridad supranacional o en defender principios éticos universales? El sistema se fragmenta cuando los líderes (y, en última instancia, las poblaciones) dejan de creer en el "mito" de la comunidad global. La gran ironía es que, mientras la élite tecnológica y militar de algunas naciones avanza hacia ese hipotético Homo Deus —con big data, vigilancia avanzada y biotecnología— la gran mayoría de la población mundial es relegada a la categoría de los "inútiles" (sin utilidad económica ni militar, según la predicción de Harari) o, peor aún, de los sacrificables, en un baño de sangre que demuestra que la lucha por la inmortalidad personal ha eclipsado cualquier compromiso con la supervivencia colectiva. La fantasía de trascender la humanidad se pospone a medida que fallamos en lo más básico: ser humano.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2019). Homo Deus: Breve historia del mañana. Sitio book—post. Visitado el 29/9/2025.