domingo, 8 de septiembre de 2024

Un Blanco con Alma Axárquica

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
La Denominación de Origen Sierras de Málaga me sorprende una vez más con un vino blanco que parece que cautiva a los paladares más exigentes. Y es que Juan (Gracias, amigo), descorchó un Vidueños de Sedella Blanco de Guarda, elaborado por la Bodega Sedella y bajo la batuta del enólogo Lauren Rosillo. Este vino es un homenaje a las variedades blancas malagueñas, con la Moscatel de Alejandría como protagonista. Según se lee en la información técnica, la elaboración es todo un protocolo litúrgico, ya que parte de las uvas fermentan con su piel en “ánforas de cemento con forma ahuevada”, método atávico que incorpora complejidad y representación al resultado final. Los casi nueve meses de crianza en esos mismos cántaros y en barricas de roble francés, añaden etéreas notas especiadas y una textura suave.

A la vista, el Vidueños de Sedella Blanco de Guarda presenta un color amarillo verdoso brillante y limpio. En nariz, su aroma es una explosión de sensaciones a notas yodadas, salinas y de fruta de hueso  que se entrelazan rememorando panal, incienso y anisados. En boca, es un vino delicado, con una senda llana y algodonosa, donde la acidez objetiva y el final largo se completan a la perfección. Los recuerdos de fruta melosa persisten en el retrogusto, dejando una sensación agradable y perseverante. Más que un vino es como una expresión del alma del terruño de la Axarquía malagueña, que invita a descubrir la riqueza y diversidad de las variedades blancas de esta comarca vitivinícola, demostrando que la tradición y la innovación pueden ir de la mano para crear vinos excepcionales[1]. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Parte de este texto también se ha editado en el sitio vinopost, bajo el título “Vidueños de Sedella”.