domingo, 9 de abril de 2023

Disfrutando de brisa floral primaveral

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Agradable Sábado Santo el que pasamos en casa de Toñi y Fede (Muchas Gracias, familia), en compañía de buena gente[1] por doquier y en el maravilloso entorno de los Montes de Málaga (España), divisando a lo lejos el Mediterráneo, con el Puerto de la ciudad como divisa. Esta mañana de Domingo de Resurrección quiero resaltar uno de los vinos que degustamos, “La Ola del Melillero”, de la bodega Victoria Ordóñez, vino blanco a base de uva Pedro Ximénez y una porción de Moscatel (treinta por ciento). Se lee en su tarjeta que dichas variedades provienen de siete pequeñas parcelas de entre treinta y cien años, cosechadas a mano con ayuda de mulas. En la vista, el típico amarillo desteñido que en el olfato se convierte en brisa floral primaveral, transmutándose en toques ácidos en boca, con un regusto dulce.

En cuanto al nombre del vino y a la etiqueta en sí, cuenta Victoria - Ordóñez en su sitio virtual, el fenómeno que se registra en el marco playero de la ciudad de Málaga, que consiste en un “aumento repentino y efímero del nivel del mar, producido por las olas que provocan el acercamiento y el frenado del barco de alta velocidad que realiza La ruta marítima Málaga – Melilla”, nave conocida popularmente como "El Melillero"[2]. Dice la bodeguera que “En la Ola del Melillero, la imagen y el diseño se han cuidado al máximo”. “La etiqueta es de estilo vintage y representa a una bañista del siglo XIX[3] sorprendida por esa ola inesperada”[4]. Lo maridamos con mariscos y un pollo a la cerveza ¡de escándalo! Parte de este texto se ha editado en el sitio vinopost, bajo el título “La Ola del Melillero”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Me gusta la gente... 2012. Sitio visitado el 09/04/2023.
[2] Jiménez, Francisco. Una ola del nuevo Melillero da un susto a los bañistas en Sacaba Beach. Diario Sur. 2015. Sitio visitado el 09/04/2023.
[3] Una época también de esplendor de los vinos de Málaga y la variedad Pedro Ximénez hasta su declive en 1878 con la llegada de la filoxera.
[4] Con este diseño, Victoria Ordoñez quiere trasladar al consumidor a los balnearios de Málaga en el siglo XIX, interpretando cómo sería la llegada de la ola del Melillero en ese momento.