miércoles, 4 de agosto de 2021

Palpable reconocimiento de su frustración

Fuente de la imagen: ThomasWolter en pixabay
Siguiendo a Burns[1] y Perla[2], en el marco estadístico, una “relación espuria” es una correspondencia matemática en la que dos o más eventos o variables están asociados pero no relacionados causalmente, consecuencia de la coincidencia o la presencia de un determinado tercer factor invisible[3]. Uno de los típicos ejemplos que nos ponía el profesor de mates en el instituto es el de la supuesta correspondencia del incremento de las ventas de helados en verano cuando la tasa de ahogamientos también es alta, distintiva y conjeturada relación pero, a la vez, imaginaria o simulada, puesto que el excesivo calor podría ser la previsible causa. Como decía Tuffe[4], la correlación no implica causalidad, ejemplo de una falacia lógica de causa cuestionable a la que alude Aldrich[5], en la que se considera que dos eventos que ocurren juntos han establecido una relación de causa y efecto.

Realizo la introducción anterior porque recientemente he leído en varios medios de comunicación las receladas “finalidades espurias” de los informes del investigador de turno en el penúltimo caso de desgraciada relevancia judicial y política. Y es que, es costumbre en mi país por parte de los contrarios o letrados de las partes afectadas, atacar a diestro y siniestro con reflexiones no razonadas técnicamente que incluyen esas “especulaciones” y otras similares, ante "la mirada hacia otro lado" del instructor, coordinador u órgano judicial. Si el técnico o perito no ha realizado su trabajo conforme a la “buena praxis” que se le presupone, pues seguro que existieron en el procedimiento caminos para evidenciarlo, reprobarlo o tacharlo, pero no hace falta “insultarlo”. Expresa un amigo que ese supuesto insulto no es más que el palpable reconocimiento de la frustración del letrado u oponente.

Y es que, por un momento, me siento identificado con todos los técnicos, que han realizado su trabajo lo más profesional posible y han expuesto sus conclusiones de la manera más rigurosa y ética que conocen y, sin embargo, son atacados no ya en sus presuntas debilidades profesionales sino, también, en lo personal. En ocasiones, cuando he presentado mis conclusiones, sean estas operativas, académicas o jurídicas y en sedes empresariales, institucionales o judiciales, es larga la lista de descalificativos que me han propinado, desde seguidor de Hobbes, Keynes o Nietzsche hasta discípulo de Heiddegger, pasando por manipulador de masas o, recientemente, “interesado en cobrar mi arancel”. Siguiendo al amigo: en esos momentos respira hondo y disfruta porque el que se retrata es el que maldice. Fuente de la imagen: ThomasWolter en pixabay.
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[1] Burns, William C., "Spurious Correlations. 1997. Sitio visitado el 04/082021.
[2] Pearl, Judea. "UCLA 81st Faculty Research Lecture Series. 2019. Sitio visitado el 04/08/2021.
[3] Referido como una "variable de respuesta común", "factor de confusión" o " variable al acecho".
[4] Tufte, Edward R. The Cognitive Style of PowerPoint: Pitching Out Corrupts Within. 2006. Sitio visitado el 04/08/2021.
[5] Aldrich, John. "Correlations Genuine and Spurious in Pearson and Yule". Statistical Science.1995. Sitio visitado el 04/08/2021.