viernes, 9 de agosto de 2019

Estrategias para proteger la Tierra

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Parte de la tarde del jueves la pasé hojeando el informe editado por el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés), sobre "Cambio Climático y Uso de la Tierra"[1], al que llegué vía Ministerio para la Transición Ecológica del Gobierno de España (MTE),  en el que hace una llamada a los países a desarrollar estrategias que garanticen en el corto plazo la protección de la tierra, clave para alimentar o vestir a la creciente población mundial, así como para luchar contra el cambio climático. El informe urge a un cambio transformador de los usos de la tierra ya que, de lo contrario, habrá afecciones muy significativas en la seguridad alimentaria, la salud de la población o el agravamiento del cambio climático. Se recuerda que la adecuada gestión de este recurso es clave para frenar la pérdida de biodiversidad, evitar la degradación de los suelos y la inseguridad alimentaria, y detener la desertificación, a la que mi país es especialmente vulnerable. Y añaden que todos estos fenómenos se están viendo agravados por los impactos ya observados del cambio climático. 

Los científicos también evidencian que las estrategias para hacer un mejor uso de la tierra contribuirán a la adaptación y a la mitigación de los efectos más perniciosos del cambio climático. Por ello, el informe del IPCC reclama un diseño apropiado de políticas y sistemas de gobernanza, a todas las escalas, para transformar los usos de suelo y el actual sistema alimentario, incluyendo medidas para poner freno al desperdicio de alimentos y propiciar cambios hacia dietas y patrones de consumo más sostenibles. Sólo así será viable garantizar el acceso a los alimentos y alcanzar el objetivo de cero emisiones netas a mediados de este siglo. Los investigadores consideran que es posible tomar medidas en el corto plazo, con base en el conocimiento científico existente, para abordar estos desafíos, al tiempo que se desarrollan respuestas a largo plazo que permitan la adaptación al cambio climático y la mitigación del calentamiento global. Sostienen que las políticas que integren conjuntamente cambio climático y usos del suelo de forma coherente ahorrarán recursos y contribuirán a una mayor resiliencia social.

Por el contrario, retrasar la implementación de medidas supondrá mayores impactos sociales y económicos, en especial en lo que se refiere a seguridad alimentaria y degradación de ecosistemas, según explica el informe. Los autores citan, entre otras posibles respuestas para abordar estos desafíos, la gestión forestal sostenible, la conservación de la biodiversidad y la restauración de ecosistemas degradados, la producción sostenible de alimentos o la gestión del riesgo de desastres. El informe explica que los modelos integrados de gestión de la demanda y oferta en la cadena alimentaria, acompañados de cambios hacia una dieta alimentaria más saludable y rica en verduras, el consumo de productos de cercanía y de temporada, así como la reducción de las pérdidas y desperdicio alimentarios, contribuyen igualmente de forma efectiva a la adaptación y mitigación del cambio climático, a la vez que reducen las presiones sobre el suelo. Fuente de la información: MTE e IPCC. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Si quieres acceder a los datos, clickea AQUÍ. Sitio visitado el 09/08/2019.