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Desde este sitio sólo cabe desearle a los ciudadanos y ciudadanas de ese inmenso país, cuna de un tradicional y peculiar modelo de democracia, la mejor de las suertes políticas, económicas y sociales. Volviendo a la economía, cierto que la europea se encuentra bastante peor, pero a la vista de la información disponible en las redes sociales y en los medios de comunicación, la estadounidense tampoco está para tirar cohetes. No hace tanto, se escribía en The Economist, America’s European moment[1], que el patrón disfuncional del fracaso de la política norteamericana es alarmante por su parecido con el de la Unión Europea, debido a tres factores, no sé cuál de ellos más lúgubre. Por un lado, la incapacidad de superar el recosido que supone la enorme diferencia a largo plazo entre los ingresos tributarios y las promesas de gasto.
Por otro lado, la incapacidad de los demócratas y los republicanos de llegar a un gran acuerdo para asegurar el futuro fiscal de EEUU. Y por otro, lo que te comentaba en el párrafo anterior: los políticos americanos han mentido y le han fallado a sus votantes. Sí, lo mismo que los políticos europeos evitaron explicar a su electorado lo que está costando salvar la moneda única, ni los líderes republicanos ni los demócratas han tenido el coraje de explicar a sus conciudadanos lo que está costando reparar el desastre fiscal. Y, claro, de esos polvos vienen los presuntos lodos materializados, por ejemplo, en el, para algunos "tertulianos de pacotilla", incomprensible resultado de las recientes elecciones (fuente de la imagen: pixabay mvc archivo propio).
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[1] China es el mayor acreedor del tesoro estadounidense.
[1] The Economist, America’s European moment. 2013. Sitio visitado el 13/11/2016.