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Si eres follower de este sitio, conocerás que en más de una ocasión he escrito sobre emprendimiento. Textos como “Habilidades para el emprendimiento”, “Pensar a lo grande” o el reciente “La rebelión del espíritu empresarial”[1], son prueba de ello. En el post “El comienzo del camino”[2], reflexionaba sobre el entorno idílico que dibujan algunos de los auto catalogados “expertos en emprendimiento”, sin pararse en los aspectos no tan bellos de esos caminos, ya sea la autofinanciación, el sufrimiento operativo, la soledad o la necesaria fuerza mental para asumir el altísimo índice de fracaso. Otro aspecto que me recordaron ayer es el tremendo estrés que soporta todo individuo emprendedor, sobre todo los primerizos, no acostumbrados a esa carrera de fondo y de obstáculos, con una meta incierta y generalmente movible.
Otra sugerencia es enfocarse en lo que más me gusta y lo que mejor hago, teniendo en cuenta que al inicio del emprendimiento, probablemente tenga que hacer un poco de todo, pero siendo consciente que la probabilidad de fracaso se incrementa si paso el tiempo realizando tareas no motivantes, por lo que mientras antes pueda delegar o subcontratar esas actividades que no me gustan, mejor. Conectar con otros emprendedores es la tercera recomendación, de forma que esa red de contactos actúe de potente retroalimentación, feedback, encontrando apoyo en cuestiones empresariales o, sencillamente, disfrutar de relaciones con personas en situaciones iguales o similares, con quienes poder hablar y que tengan empatía.
El cuarto consejo consiste en el restablecimiento de mis expectativas, puesto que esa quemazón que intento evitar surge porque o bien trabajo en exceso y no obtengo los resultados que quiero o bien he establecido unas expectativas erróneas, excesivas o poco realistas, sintiéndome frustrado por no cumplirlas. Debo enfocarme también en ese pasito a pasito, celebrando ese progreso diario, en vez de comparar mi proyecto empresarial con otros y estar todo el día preocupándome por lo que piensan los demás. Cuidarme a mí mismo, física y psíquicamente, es la última sugerencia de Akalp, puesto que no se conceden galardones para el emprendedor que se atarea más, pernocta poco y se alimenta mal: mi emprendimiento será todo lo trascendente que quiera o piense, pero mi vida es aún más esencial que todo eso[4] (Fuente de la imagen: pixabay).
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Habilidades para el emprendimiento (2013), Pensar a lo grande (2016), La rebelión del espíritu empresarial (2016). Sitios visitados el 05/08/2016.
[2] Velasco Carretero, Manuel. El comienzo del camino. 2016. Sitio visitado el 05/08/2016.
[3] Akalp, Nellie. Starting a business is a marathon: 5 expert tips to avoid burnout. Mashable. 2015. Sitio visitado el 05/08/2016.