lunes, 20 de junio de 2016

Impulsando la revolución

Fuente de la imagen: pixabay
Este fin de semana he estado “re-hojeando” el texto de Gary Hamel Leading the Revolution[1], que traducido[2] es algo así como “Impulsando la revolución”, que pretende ser un manojo de reglas para los radicales, donde el autor quiere convencerme que ya tengo el poder para perseguir la innovación del concepto de negocio de mi jefe o de mi cliente. A Gary le da igual dónde trabajo o con quién trabajo, pero si el trabajo que me pide el cliente parece tonto o sin sentido, si mi empresa parece clínicamente muerta, si la mayor parte de mis horas de vigilia no se llenan con la búsqueda ardiente de la innovación radical, Gary quiere que comience a fomentar el cambio revolucionario a medio plazo de mi empleo, mi cartera de clientes, mi puesto de trabajo… Gary quiere que tenga grandes pensamientos, que asuma riesgos y, sobre todo, que me importe de manera apasionada cómo va transcurriendo y resultando todo. Para Hamel, el enfoque o el objetivo no es especular sobre lo que podría suceder, sino imaginar lo que puedo hacer que suceda.

Según Gary, para construir una insurrección lo primero que necesito es un punto de vista equivalente a una ideología, pero que debe ser creíble, coherente, convincente y comercial. A continuación, debo escribir un manifiesto, crear una coalición, registrar sus bullicios, cooptar y neutralizar la oposición, interactuar para sellar la posible brecha entre los revolucionarios y el establishment, empezar a construir y propiciar pequeñas victorias y permanecer bajo tierra el tiempo suficiente para crear una masa crítica, pero, a continuación, asegurar infiltrarme en los más altos estadios de la organización para conseguir los recursos que necesite para realizar mi visión. Dejando a un lado un cierto tufillo a “sobrado” o prepotencia del autor, te confieso que no me disgustó cuando lo hojeé hace una década, ni ahora tampoco, tal vez porque Gary me empuja a ir más allá de la mera observación o consejo de ofrecer un plan para revolucionar mi actividad profesional o empresarial, incluso si ese planteamiento pudiera significar la canibalización de mi actual trabajo, empresa o cometido[3] (Fuente de la imagen: pixabay).
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[1] Hamel, Gary. Leading the Revolution. Editorial Plume. 2002.
[2] Con mi inglés de los Montes de Málaga.
[3] A continuación te dejo un vídeo, subido a Youtube por London Business School, con una intervención de Gary sobre “Revolución, Renovación y Resilencia”.