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Esta mezcla del líder carismático que actúa con total independencia, evoca en una organización “Zeus” la sensación de ser más que una empresa, propiamente dicha, un club. Por su parte, Apolo, dios de las leyes y del orden, representa la cultura burocrática y del control más tradicional. Las organizaciones “Apolo” son eminentemente tradicionales, actúan con manuales de procedimiento muy detallados. El liderazgo de estas empresas supone orden, control y minuciosas descripciones de las tareas a realizar por sus miembros. Bajo ese control tradicional las decisiones solo competen a la alta dirección. El liderazgo apolíneo representa a un líder ordenado, lógico, secuencial y analítico. Atenea, reina guerrera, es el paradigma de la cultura del trabajo basado en proyectos a través de equipos de alto rendimiento. En la cultura organizacional atenea, lo más importante es que su personal es capaz de encontrar soluciones. Por ello, las competencias profesionales más valoradas en estas empresas son el talento, la iniciativa, la creatividad, así como la intuición.
El líder ateneo prefiere individuos creativos, que saben utilizar esa creatividad e ingenio para obtener soluciones a los problemas Finalmente, Dionisos, dios del vino y de la música, representa la cultura organizacional del individualismo y la independencia. En este tipo de organización dionisíaca, la entidad empresarial es esclava del individuo. Una organización dionisiaca puede ser, por ejemplo, una asesoría o un bufete de abogados, donde dos o siete profesionales comparten espacio en unas oficinas con equipos administrativos comunes, en el que cada profesional dirige su despacho o negocio como quiere, es decir, mantiene su individualismo y la organización es el soporte. En definitiva, los socios o las partes en una cultura dionisiaca se apoyan entre sí, pero no dependen unos de otros (Fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: Engin_Akyurt en pixabay.