Fuente de la imagen: msm |
En el ejercicio de la actividad profesional, empresarial,
laboral o institucional, debo ser consciente de mis limitaciones, orientar los
esfuerzos en reducirlas y saber que una vez superadas, si sigo subiendo por la
escalera de la vida, surgirán otras nuevas barreras y así sucesivamente.
Las anteriores restricciones o condicionantes, reflejo de
mis desnutriciones intelectuales, promueven que tampoco tenga el poder de
satisfacer a todos en todo momento, puesto que no estoy dotado de hermosura o
perfección, aspirando como mucho a ese perfil de guía inconcluso, imperfecto o
fragmentario.
Finalmente, esa inmadurez debe ser compatible con la siembra
de seguridad y sumisión conmigo mismo, reconociendo las imperfecciones y, también muy importante, el
talento que me envuelve por doquier, intentando entender el contexto donde el
equipo, la empresa o la institución labora, se nutre y zarandea (Fuente de la imagen: ¿Predeterminado por ley?[1]).
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[1] Velasco Carretero, Manuel. ¿Predeterminado por ley? 2014. Sitio visitado el 06/02/2014.