No sé si será por la crisis que vivimos o por los hábitos adquiridos, pero cuando se detecta un error en la organización, se suele intentar corregir de inmediato la manifestación de ese desajuste. Craso error.
Es lo que ha podido suceder en una situación que me han comentado. El conflicto en un equipo fue saldado con el despido de la persona que presuntamente lo generó y posteriormente lo denunció ante la dirección.
La duda de colgar el sambenito "al que pasaba por allí”, rebulle en el ambiente.
Creemos arreglar el vestigio o indicio, pero: ¿Investigamos, localizamos y enmendamos la causa que lo originó?
Debemos excavar el principio de todo y analizar a partir de ahí.
En el caso que nos ocupa, puede que la raíz se encuentre en otro individuo de ese grupo, que continuamente torpedea, emponzoña, contamina las relaciones y a la propia organización con no se qué velado objetivo.
O, tal vez, el que pasaba por allí es verdaderamente el causante, pero para llegar a esa conclusión, no debemos precipitarnos y no sólo remendar la desviación a partir de lo primero que nos encontremos de frente, sino estudiar sus causas.
Te dejo una foto del Portal de Belén que instalamos ayer. Con ilusión, desempolvamos las piezas y decoramos el salón. Un agradable día.