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Desde aquel plan de negocio basado en un caso real, que me sirvió para aprobar en la universidad la asignatura Análisis Contable, con el profesor Vicente García Martín, actual vicepresidente ejecutivo de la CEA, mis espaldas profesionales acarrean bastante más de unos cuantos trabajos de este tipo. Sí. De los muchos recuerdos que afloran a la mente, a título de ejemplo rescato una experiencia que me hizo mucha gracia. Junto a otros colaboradores, elaboramos un impoluto estudio de previsiones, digno de la mejor escuela de negocios. Sin embargo, el number one del grupo inversor, solicitó que el estudio se realizara por una firma internacional de consultoría, que refrendó (por no decir COPIÓ) todo y cobró unos suculentos honorarios.
Actualmente, me encuentro ilusionado en la ejecución de una hoja de ruta económica, financiera, operativa y comercial, que puede salvar un proyecto empresarial de su cierre y liquidación. Sin embargo No obstante, desde aquel primer estudio de viabilidad realizado en los años ochenta del siglo pasado, hasta hoy, mi parecer sobre la importancia de estos análisis previsionales ha pasado desde su encumbramiento hasta su depreciación, dependiendo de la circunstancia y el enfoque analítico impregnado.
El estudio editado por Babson College, remató que no existe una analogía entre un plan de negocio escrito y las ventas o ingresos de la realidad del negocio a largo plazo. Termino con la reflexión de Kate: “Un gran plan de negocio puede lograrle una ventajosa evaluación en la escuela de negocios de turno, pero en la vida las valiosas distinciones se consiguen con victorias. Así que deje de garabatear y vaya a poner en marcha algo” (composición de imagenes-gratis.net). Imagen incorporada posteriormente; fuente: OpenClipart-Vectors en pixabay.
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[1] Lister, Kate. Myth of the Business Plan. Entrepreneur. 2010. Sitio visitado el 02/10/2011.